El mundo es codicioso y parece que todo el mundo está dispuesto a ganar un centavo extra, ya sea a través de tratos turbios o no. El único área en la que uno pensaría que está bastante seguro es la industria alimentaria, pero todos hemos leído acerca de cómo las empresas toman atajos de vez en cuando para reducir los costos de producción.
Las noticias han estado plagadas de escándalos relacionados con carne de caballo, aceite de oliva y miel falsos y muchos otros productos fraudulentos. Sin embargo, las empresas que tienen un buen nombre están luchando por mantenerlo mediante la implementación de estrategias tangibles para mitigar el fraude alimentario.
El fraude alimentario está muy extendido y se estima que le cuesta a la industria alimentaria mundial entre 10.000 y 15.000 millones de dólares cada año. Recientemente, la Organización Mundial de Aduanas reveló que más del 7% del comercio mundial consiste en productos falsificados y las cifras aumentan cada año. La organización sin fines de lucro con sede en Estados Unidos, la Coalición Internacional contra la Falsificación (IACC), afirmó que la producción de productos falsificados ha aumentado un 10 000 % en los últimos 20 años.
Graves problemas
La digitalización de las empresas es la norma. Las empresas que no se adaptan a una filosofía digitalizadora se quedan rápidamente en el camino. Afortunadamente, la mayoría de las empresas están adoptando rápidamente procesos digitalizados que les permiten realizar un seguimiento de cada fase de su cadena de suministro. Tienen cada vez más conocimientos de datos y pueden realizar un seguimiento de sus productos desde la granja hasta la mesa. Esta reforma digital se conoce comúnmente como trazabilidad digital basada en productos.
El fraude alimentario ha hecho imperativo rastrear la materia prima, los envases y los productos finales en tiempo real. Para mitigar el fraude alimentario, no basta con realizar un seguimiento de sus productos. Desafortunadamente, el seguimiento físico se ha convertido en la norma debido a los diferentes procesos en los que está involucrada la producción de alimentos. Cuando no se rastrea cada fase de la producción, aumenta la oportunidad de cometer fraude.
Para ilustrar cómo y cuándo puede ocurrir el fraude alimentario, presentamos un ejemplo. Una empresa vitivinícola ha sabido que su producto es objeto de fraude alimentario. Para combatir el fraude, la empresa ya está rastreando los lotes de productos y cada transacción que se realiza dentro de la cadena de suministro. Supervisan la cronología de la documentación y realizan auditorías periódicas.
Se podría pensar que tienen todos los fundamentos cubiertos y que no hay mucho margen para el fraude. Sin embargo, dado el escenario, todavía pueden ocurrir actividades fraudulentas típicas.
- Falsificación y piratería de productos – Esta es la forma más común de fraude y se observa principalmente en productos no consumibles. Aquí es donde un falsificador produce productos.
- Robo de productos originales. – Normalmente, los productos producidos en masa y las grandes empresas están en riesgo, y cualquier cosa, desde pequeñas cantidades hasta grandes camiones de productos, es robada.
- Mercados grises – los productos se desvían a otros mercados en busca de oportunidades de ventas adicionales.
- Producción no autorizada – Los productos que se producen en exceso deben subcontratarse para seguir obteniendo ganancias. Sin embargo, cuando un producto se sobreproduce sin el consentimiento de la marca, la subcontratación no es más que una tapadera para venderlo en el mercado negro.
- Materias primas falsificadas en el producto final. – La materia prima falsa puede introducirse en la cadena de producción sin ser detectada y terminar en el producto final que se cree que es 100% auténtico.
La desafortunada verdad es que el fraude alimentario va en aumento y las empresas tienen que idear contramedidas cada vez más seguras y exhaustivas para garantizar que tanto las marcas como los consumidores estén protegidos. Es necesario implementar soluciones efectivas para mitigar el riesgo de fraude alimentario y frenar la corrupción.
Soluciones modernas
La tecnología moderna ha proporcionado a las empresas soluciones rentables al fraude alimentario. Una de esas innovaciones es la trazabilidad digital basada en productos, también conocida como serialización de próxima generación. El principio detrás de la innovación es simple e implica el seguimiento de cada producto con ojo de halcón.
En resumen, cada producto, desde la materia prima hasta el embalaje y los productos finales, recibe un identificador único que conoce el propietario de la marca. Sin embargo, colocar este identificador único en cada producto no detendrá el fraude por sí solo. El identificador debe utilizarse junto con la cadena de suministro, de principio a fin. Los identificadores simplemente proporcionan al propietario de la marca un medio mediante el cual puede conectar los puntos de la cadena de suministro y, en consecuencia, hacer que todo el proceso sea inteligente.
Si consideramos el ejemplo anterior de la finca vinícola, la empresa podría rastrear cada producto involucrado en la cadena de suministro, desde la uva hasta la botella. Los propietarios de las marcas conocen los identificadores únicos y pueden detectar fácilmente cualquier irregularidad dentro del proceso de producción en determinados puntos de control, así como el consumidor. Estas empresas pueden utilizar los identificadores para interactuar con los consumidores y obtener información a través de programas de fidelización y campañas de marketing.
Una vez que se ha implementado una solución de digitalización, el panorama del fraude cambia por completo. Donde antes había ciertas lagunas, ahora existen controles rigurosos para garantizar que se minimice el fraude.
- Falsificación y piratería de productos – Los identificadores únicos se rastrean y rastrean dentro de la cadena de suministro hasta llegar a los consumidores. De esta forma se promueve la visibilidad y la transparencia en tiempo real.
- Robo de productos originales. – Los productos robados se marcan con identificadores únicos y se rastrean a medida que salen de la cadena de suministro. Luego, las compañías de seguros utilizan esta información como prueba de bienes robados.
- Mercados grises – Los productos desviados se rastrean y, cuando emergen en otra parte de la cadena de suministro, los propietarios de las marcas lo saben de inmediato.
- Producción no autorizada – Los propietarios de las marcas tienen más conocimientos y datos mucho más precisos disponibles en términos de productos en la cadena de suministro. Saben exactamente qué entra y qué se produce. Por lo tanto, podrán auditar la producción real a una escala mucho más precisa.
- Materias primas falsificadas en el producto final. – Todas las materias primas reciben un identificador único y los datos se agregan al producto a medida que avanza en la cadena de suministro. Si un producto fraudulento ingresa a la cadena de suministro, los propietarios de la marca lo sabrán de inmediato.
La industria de alimentos y bebidas puede beneficiarse enormemente de las soluciones digitales y protegerse a sí misma y a los consumidores de futuros fraudes alimentarios.
El mundo es codicioso y parece que todo el mundo está dispuesto a ganar un centavo extra, ya sea a través de tratos turbios o no. El único área en la que uno pensaría que está bastante seguro es la industria alimentaria, pero todos hemos leído acerca de cómo las empresas toman atajos de vez en cuando para reducir los costos de producción.
Las noticias han estado plagadas de escándalos relacionados con carne de caballo, aceite de oliva y miel falsos y muchos otros productos fraudulentos. Sin embargo, las empresas que tienen un buen nombre están luchando por mantenerlo mediante la implementación de estrategias tangibles para mitigar el fraude alimentario.
El fraude alimentario está muy extendido y se estima que le cuesta a la industria alimentaria mundial entre 10.000 y 15.000 millones de dólares cada año. Recientemente, la Organización Mundial de Aduanas reveló que más del 7% del comercio mundial consiste en productos falsificados y las cifras aumentan cada año. La organización sin fines de lucro con sede en Estados Unidos, la Coalición Internacional contra la Falsificación (IACC), afirmó que la producción de productos falsificados ha aumentado un 10 000 % en los últimos 20 años.
Graves problemas
La digitalización de las empresas es la norma. Las empresas que no se adaptan a una filosofía digitalizadora se quedan rápidamente en el camino. Afortunadamente, la mayoría de las empresas están adoptando rápidamente procesos digitalizados que les permiten realizar un seguimiento de cada fase de su cadena de suministro. Tienen cada vez más conocimientos de datos y pueden realizar un seguimiento de sus productos desde la granja hasta la mesa. Esta reforma digital se conoce comúnmente como trazabilidad digital basada en productos.
El fraude alimentario ha hecho imperativo rastrear la materia prima, los envases y los productos finales en tiempo real. Para mitigar el fraude alimentario, no basta con realizar un seguimiento de sus productos. Desafortunadamente, el seguimiento físico se ha convertido en la norma debido a los diferentes procesos en los que está involucrada la producción de alimentos. Cuando no se rastrea cada fase de la producción, aumenta la oportunidad de cometer fraude.
Para ilustrar cómo y cuándo puede ocurrir el fraude alimentario, presentamos un ejemplo. Una empresa vitivinícola ha sabido que su producto es objeto de fraude alimentario. Para combatir el fraude, la empresa ya está rastreando los lotes de productos y cada transacción que se realiza dentro de la cadena de suministro. Supervisan la cronología de la documentación y realizan auditorías periódicas.
Se podría pensar que tienen todos los fundamentos cubiertos y que no hay mucho margen para el fraude. Sin embargo, dado el escenario, todavía pueden ocurrir actividades fraudulentas típicas.
- Falsificación y piratería de productos – Esta es la forma más común de fraude y se observa principalmente en productos no consumibles. Aquí es donde un falsificador produce productos.
- Robo de productos originales. – Normalmente, los productos producidos en masa y las grandes empresas están en riesgo, y cualquier cosa, desde pequeñas cantidades hasta grandes camiones de productos, es robada.
- Mercados grises – los productos se desvían a otros mercados en busca de oportunidades de ventas adicionales.
- Producción no autorizada – Los productos que se producen en exceso deben subcontratarse para seguir obteniendo ganancias. Sin embargo, cuando un producto se sobreproduce sin el consentimiento de la marca, la subcontratación no es más que una tapadera para venderlo en el mercado negro.
- Materias primas falsificadas en el producto final. – La materia prima falsa puede introducirse en la cadena de producción sin ser detectada y terminar en el producto final que se cree que es 100% auténtico.
La desafortunada verdad es que el fraude alimentario va en aumento y las empresas tienen que idear contramedidas cada vez más seguras y exhaustivas para garantizar que tanto las marcas como los consumidores estén protegidos. Es necesario implementar soluciones efectivas para mitigar el riesgo de fraude alimentario y frenar la corrupción.
Soluciones modernas
La tecnología moderna ha proporcionado a las empresas soluciones rentables al fraude alimentario. Una de esas innovaciones es la trazabilidad digital basada en productos, también conocida como serialización de próxima generación. El principio detrás de la innovación es simple e implica el seguimiento de cada producto con ojo de halcón.
En resumen, cada producto, desde la materia prima hasta el embalaje y los productos finales, recibe un identificador único que conoce el propietario de la marca. Sin embargo, colocar este identificador único en cada producto no detendrá el fraude por sí solo. El identificador debe utilizarse junto con la cadena de suministro, de principio a fin. Los identificadores simplemente proporcionan al propietario de la marca un medio mediante el cual puede conectar los puntos de la cadena de suministro y, en consecuencia, hacer que todo el proceso sea inteligente.
Si consideramos el ejemplo anterior de la finca vinícola, la empresa podría rastrear cada producto involucrado en la cadena de suministro, desde la uva hasta la botella. Los propietarios de las marcas conocen los identificadores únicos y pueden detectar fácilmente cualquier irregularidad dentro del proceso de producción en determinados puntos de control, así como el consumidor. Estas empresas pueden utilizar los identificadores para interactuar con los consumidores y obtener información a través de programas de fidelización y campañas de marketing.
Una vez que se ha implementado una solución de digitalización, el panorama del fraude cambia por completo. Donde antes había ciertas lagunas, ahora existen controles rigurosos para garantizar que se minimice el fraude.
- Falsificación y piratería de productos – Los identificadores únicos se rastrean y rastrean dentro de la cadena de suministro hasta llegar a los consumidores. De esta forma se promueve la visibilidad y la transparencia en tiempo real.
- Robo de productos originales. – Los productos robados se marcan con identificadores únicos y se rastrean a medida que salen de la cadena de suministro. Luego, las compañías de seguros utilizan esta información como prueba de bienes robados.
- Mercados grises – Los productos desviados se rastrean y, cuando emergen en otra parte de la cadena de suministro, los propietarios de las marcas lo saben de inmediato.
- Producción no autorizada – Los propietarios de las marcas tienen más conocimientos y datos mucho más precisos disponibles en términos de productos en la cadena de suministro. Saben exactamente qué entra y qué se produce. Por lo tanto, podrán auditar la producción real a una escala mucho más precisa.
- Materias primas falsificadas en el producto final. – Todas las materias primas reciben un identificador único y los datos se agregan al producto a medida que avanza en la cadena de suministro. Si un producto fraudulento ingresa a la cadena de suministro, los propietarios de la marca lo sabrán de inmediato.
La industria de alimentos y bebidas puede beneficiarse enormemente de las soluciones digitales y protegerse a sí misma y a los consumidores de futuros fraudes alimentarios.