Además del aumento del nivel del mar y de las temperaturas, el calentamiento global también tiene algunos efectos menos visibles en el mundo.
Si bien nos centramos principalmente en cómo nos afecta el cambio climático, olvidamos que una gran cantidad de especies de plantas en todo el mundo dependen de climas estables. Una de esas plantas es el café y, lamentablemente, la situación no es ideal.
El cambio climático es el último factor que amenaza nuestra querida bebida matutina. ¿Qué tan malo es el estado actual del mercado del café? ¿Quién sufre más? Echemos un vistazo más de cerca a todo el problema.
Daños devastadores al mercado del café
Debido al aumento de las temperaturas a nivel global, estamos viendo algunos cambios dramáticos en el cosmos del café. Según un estudio publicado a principios de este año, aproximadamente el 60% de todas las especies de café están en peligro.
Un total de 75 de 125 especies diferentes de café están en peligro de extinción. No estamos hablando de un escenario lejano en el futuro. Esta lenta desaparición ya ha comenzado a producirse.
El mercado actual del café está dominado por dos variedades distintas de granos de café. El Arábica se considera la mejor variedad y la más rara, mientras que el Robusta es de baja calidad, pero una solución más accesible.
Se pueden cultivar en ambientes controlados, pero el problema surge de la vulnerabilidad de las especies silvestres. Las variedades de café que existen sólo en estado silvestre son esenciales para cruzar diferentes razas y producir más variedades de alta calidad.
El calentamiento global es sólo otro factor que golpeó a esta gigantesca industria. La deforestación y la evolución de plagas y bacterias ya han pasado factura a muchas plantaciones. ¿Qué podemos hacer para detener este camino hacia la desaparición del café?
Las enfermedades y plagas están prosperando
Los científicos están instando al mercado mundial del café a tomar medidas como un seguimiento más estricto y una preservación de semillas ampliamente aplicada.
El problema con estos planes es que lleva mucho tiempo implementarlos a una escala que detendría el proceso de extinción. Si no hay cambios en las normas y enfoques de cultivo, podríamos decir adiós a nuestras humeantes tazas de energía líquida los lunes por la mañana.
Las enfermedades y plagas también están atacando las plantaciones de café. Una plaga en particular, conocida como broca del café, prospera en condiciones más cálidas y ambientes más húmedos. Con los cambios climáticos en pleno apogeo, estamos viendo temperaturas más altas y más lluvia en áreas cruciales para el crecimiento del café.
América del Sur y Central también se ven afectadas por una enfermedad llamada “roya del tallo”. Su expansión de plantación en plantación puede reducir la producción de café hasta en un 15%.
Las lluvias complican las cosas
El cambio climático no incluye estrictamente el calentamiento global: es una serie de cambios meteorológicos. Quizás el cambio más perjudicial para el café sea el aumento de las precipitaciones. Con lluvias más abundantes, dos problemas principales amenazan al mercado del café.
La primera y más pronunciada amenaza es el moho. Demasiada humedad es mala para los granos de café, ya que el moho puede apoderarse de ellos fácilmente. El aumento de las precipitaciones casi siempre da lugar a granos de calidad inferior, tanto en términos de tamaño como de potencia.
¿Quién está sufriendo el mayor impacto debido a estos cambios?
Las pequeñas explotaciones están siendo diezmadas
El café que bebemos no proviene de grandes instalaciones industriales con equipos de última generación. Por el contrario, el mercado mundial del café depende principalmente de pequeñas plantaciones de dos hectáreas o menos. El 70% de todo el mercado del café depende de estos agricultores.
¿Podrán industrializar y automatizar su proceso? Difícilmente. Las pequeñas granjas están presentes en áreas de gran altitud, debido a que los granos de arábica necesitan grandes alturas para florecer. El transporte de equipos es imposible debido a la falta de recursos y de caminos seguros para el paso de los camiones. ¿Qué tal la reubicación?
Eso también está fuera de discusión. Según la mayoría de los expertos en café, la reubicación es “una sentencia de muerte” para los pequeños agricultores. Las plantas de café necesitan hasta cinco años para llegar a una fase en la que puedan producir granos de café.
Plantar nuevos granos y esperar que la suerte les dé cosechas abundantes es algo inverosímil para la mayoría de los productores de café. Esta trampa inducida por el cambio climático está diezmando lentamente la producción a pequeña escala.
Los consumidores también sentirán el golpe
Aunque los consumidores todavía no sienten la situación, podrían ser los siguientes en sentir la amenaza del cambio climático. El mercado del café es como cualquier otro mercado. Sobrevive gracias a un equilibrio constante entre oferta y demanda. Debido al cambio climático, la oferta está disminuyendo lentamente mientras que la demanda ya está experimentando un crecimiento.
En primer lugar, el café se volverá más caro. La próxima ola de consecuencias provocará la desaparición de muchas variedades de América del Sur y Central. Durante la etapa final del deterioro del mercado del café, sólo veremos disponible café de baja calidad. Pronto se convertirá en un lujo reservado sólo para los productores más capaces y los consumidores más ricos.
¿Qué podemos hacer para salvar el café?
Dondequiera que haya un problema, los humanos trabajan duro para encontrar soluciones. Los agricultores de zonas que experimentan olas de calor más frecuentes han adoptado un método simple pero eficaz. Para proteger las plantas de café, los agricultores están plantando árboles altos y de rápido crecimiento junto a las plantas para protegerlas del sol. Las hojas anchas de algunas especies también protegen a los cafetos del calor.
Para usted y para nosotros, el café podría ser un bien de consumo. Varios países latinoamericanos tienen economías que dependen de la producción y exportación de café. Varios gobiernos han anunciado presupuestos especiales dedicados a la investigación sobre la protección del café.
Hay mucho que los minoristas pueden hacer para impulsar y proteger el mercado del café. Starbucks, por ejemplo, empezó a trabajar con pequeños agricultores para proporcionarles semillas frescas y financiar diferentes estrategias de protección. Es agradable ver la cooperación entre dos partes codependientes que conforman el mercado del café.
Pensamientos concluyentes
La amenaza al mercado del café es real y está aquí. Como consumidores, debemos seguir apoyando a las pequeñas explotaciones y financiándolas en un esfuerzo por proteger sus plantas. Si bien puede parecer demasiado tarde, un esfuerzo constante en los próximos años puede hacer maravillas para todos.
Además del aumento del nivel del mar y de las temperaturas, el calentamiento global también tiene algunos efectos menos visibles en el mundo.
Si bien nos centramos principalmente en cómo nos afecta el cambio climático, olvidamos que una gran cantidad de especies de plantas en todo el mundo dependen de climas estables. Una de esas plantas es el café y, lamentablemente, la situación no es ideal.
El cambio climático es el último factor que amenaza nuestra querida bebida matutina. ¿Qué tan malo es el estado actual del mercado del café? ¿Quién sufre más? Echemos un vistazo más de cerca a todo el problema.
Daños devastadores al mercado del café
Debido al aumento de las temperaturas a nivel global, estamos viendo algunos cambios dramáticos en el cosmos del café. Según un estudio publicado a principios de este año, aproximadamente el 60% de todas las especies de café están en peligro.
Un total de 75 de 125 especies diferentes de café están en peligro de extinción. No estamos hablando de un escenario lejano en el futuro. Esta lenta desaparición ya ha comenzado a producirse.
El mercado actual del café está dominado por dos variedades distintas de granos de café. El Arábica se considera la mejor variedad y la más rara, mientras que el Robusta es de baja calidad, pero una solución más accesible.
Se pueden cultivar en ambientes controlados, pero el problema surge de la vulnerabilidad de las especies silvestres. Las variedades de café que existen sólo en estado silvestre son esenciales para cruzar diferentes razas y producir más variedades de alta calidad.
El calentamiento global es sólo otro factor que golpeó a esta gigantesca industria. La deforestación y la evolución de plagas y bacterias ya han pasado factura a muchas plantaciones. ¿Qué podemos hacer para detener este camino hacia la desaparición del café?
Las enfermedades y plagas están prosperando
Los científicos están instando al mercado mundial del café a tomar medidas como un seguimiento más estricto y una preservación de semillas ampliamente aplicada.
El problema con estos planes es que lleva mucho tiempo implementarlos a una escala que detendría el proceso de extinción. Si no hay cambios en las normas y enfoques de cultivo, podríamos decir adiós a nuestras humeantes tazas de energía líquida los lunes por la mañana.
Las enfermedades y plagas también están atacando las plantaciones de café. Una plaga en particular, conocida como broca del café, prospera en condiciones más cálidas y ambientes más húmedos. Con los cambios climáticos en pleno apogeo, estamos viendo temperaturas más altas y más lluvia en áreas cruciales para el crecimiento del café.
América del Sur y Central también se ven afectadas por una enfermedad llamada “roya del tallo”. Su expansión de plantación en plantación puede reducir la producción de café hasta en un 15%.
Las lluvias complican las cosas
El cambio climático no incluye estrictamente el calentamiento global: es una serie de cambios meteorológicos. Quizás el cambio más perjudicial para el café sea el aumento de las precipitaciones. Con lluvias más abundantes, dos problemas principales amenazan al mercado del café.
La primera y más pronunciada amenaza es el moho. Demasiada humedad es mala para los granos de café, ya que el moho puede apoderarse de ellos fácilmente. El aumento de las precipitaciones casi siempre da lugar a granos de calidad inferior, tanto en términos de tamaño como de potencia.
¿Quién está sufriendo el mayor impacto debido a estos cambios?
Las pequeñas explotaciones están siendo diezmadas
El café que bebemos no proviene de grandes instalaciones industriales con equipos de última generación. Por el contrario, el mercado mundial del café depende principalmente de pequeñas plantaciones de dos hectáreas o menos. El 70% de todo el mercado del café depende de estos agricultores.
¿Podrán industrializar y automatizar su proceso? Difícilmente. Las pequeñas granjas están presentes en áreas de gran altitud, debido a que los granos de arábica necesitan grandes alturas para florecer. El transporte de equipos es imposible debido a la falta de recursos y de caminos seguros para el paso de los camiones. ¿Qué tal la reubicación?
Eso también está fuera de discusión. Según la mayoría de los expertos en café, la reubicación es “una sentencia de muerte” para los pequeños agricultores. Las plantas de café necesitan hasta cinco años para llegar a una fase en la que puedan producir granos de café.
Plantar nuevos granos y esperar que la suerte les dé cosechas abundantes es algo inverosímil para la mayoría de los productores de café. Esta trampa inducida por el cambio climático está diezmando lentamente la producción a pequeña escala.
Los consumidores también sentirán el golpe
Aunque los consumidores todavía no sienten la situación, podrían ser los siguientes en sentir la amenaza del cambio climático. El mercado del café es como cualquier otro mercado. Sobrevive gracias a un equilibrio constante entre oferta y demanda. Debido al cambio climático, la oferta está disminuyendo lentamente mientras que la demanda ya está experimentando un crecimiento.
En primer lugar, el café se volverá más caro. La próxima ola de consecuencias provocará la desaparición de muchas variedades de América del Sur y Central. Durante la etapa final del deterioro del mercado del café, sólo veremos disponible café de baja calidad. Pronto se convertirá en un lujo reservado sólo para los productores más capaces y los consumidores más ricos.
¿Qué podemos hacer para salvar el café?
Dondequiera que haya un problema, los humanos trabajan duro para encontrar soluciones. Los agricultores de zonas que experimentan olas de calor más frecuentes han adoptado un método simple pero eficaz. Para proteger las plantas de café, los agricultores están plantando árboles altos y de rápido crecimiento junto a las plantas para protegerlas del sol. Las hojas anchas de algunas especies también protegen a los cafetos del calor.
Para usted y para nosotros, el café podría ser un bien de consumo. Varios países latinoamericanos tienen economías que dependen de la producción y exportación de café. Varios gobiernos han anunciado presupuestos especiales dedicados a la investigación sobre la protección del café.
Hay mucho que los minoristas pueden hacer para impulsar y proteger el mercado del café. Starbucks, por ejemplo, empezó a trabajar con pequeños agricultores para proporcionarles semillas frescas y financiar diferentes estrategias de protección. Es agradable ver la cooperación entre dos partes codependientes que conforman el mercado del café.
Pensamientos concluyentes
La amenaza al mercado del café es real y está aquí. Como consumidores, debemos seguir apoyando a las pequeñas explotaciones y financiándolas en un esfuerzo por proteger sus plantas. Si bien puede parecer demasiado tarde, un esfuerzo constante en los próximos años puede hacer maravillas para todos.